15. DOBLES LEALTADES

Informe de Franco Caviglia, que militó temporalmente en Acción para la República, el partido corporativo creado por Domingo Cavallo. Compartía lealtades políticas con Guillermo Francos, Alberto Fernández y el abogado Castañón.



En una de sus presentaciones ante el juzgado que investigaba la muerte de Etchegoyen, el entonces abogado de parte, doctor Franco Caviglia, expuso su tesis sobre la investigación.

Rodolfo Etchegoyen —sostuvo Caviglia— había tenido prolongadas conversaciones con los directivos de Edcadassa, en relación a la superposición de controles que se efectuaban sobre las cargas aéreas que entraban y salían del país; por ello, no alcanzó a establecer buenas relaciones con el titular del Arma, Ernesto Crespo aunque el gran espaldarazo de Edcadassa-Interbaires-Intercargo se produce durante la gestión de Juliá.
Ya sobre la Aduana, aparece una suerte de lobby dividido que en nombre de lealtades repartidas entre la Fuerza Aérea y el grupo Yabrán, intentan reivindicar supuestas denuncias mutuas sobre irregularidades gravísimas en Ezeiza.
De hecho, cuando Etchegoyen se hizo cargo de la Aduana se encontró con un grupo homogéneo y poderoso de oficiales superiores y empresarios que mantenían cercado el centro de control Ezeiza.
Buscó aliados dentro y fuera de la Fuerza Aérea, encontrando una pared de condicionamientos y sistemas de lealtades mafiosas.

A raíz de ello, inicia una investigación secundado por unas pocas personas de confianza en cuyo transcurso advierte la existencia de un circuito de contrabando en diferentes formas (narcotráfico, tráfico de armas, lavado de dinero) que operaba de la siguiente manera: de las aeronaves arribadas al Aeroparque y al Aeropuerto Internacional de Ezeiza, la mercadería se transporta a través de Intercargo e Interbaires a los galpones de Edcadassa, y desde allí Villalonga y Ocasa hacen su distribución, efectuándose la operación inversa para sacar divisas del país al exterior.

Cuando se discutió la Ley de Correos, uno de los puntos álgidos era las atribuciones de la autoridad policial para verificar la carga de los couriers privados.

Misteriosas aeronaves de porte mediano, y sin identificación —lo que supone la complicidad de la autoridad aeronáutica, o inversamente, su total desconocimiento— aterrizan y decolan de Ezeiza en vuelos nocturnos, operando carga y descarga en los depósitos de Edcadassa. En la década del 60, la CIA creó la compañía de aviación civil Air América— luego rebautizada "Flying Tigers"— para apoyar a las guerrillas de Lon Nol que combatían al Kmher Rouge (comunista) en Cambodia. Siendo las altas planicies de la península la zona de mayor producción asiática de amapola, los agentes de Air América entregaban armas e información a cambio de cargamentos de derivados del opio que se vendían en los mercados asiático y norteamericano. Con el tiempo, los responsables de los envíos se independizaron y armaron un negocio de tráfico generalizado, que contaba con la tolerancia y la protección del gobierno norteamericano. Llegados a ese punto ya no se podían esgrimir razones políticas o políticas encubiertas: era narcotráfico puro, pero al menos en un principio había habido explicaciones relacionadas con la estrategia militar. Unos años antes, el científico Frank Olson, contratado por la CIA para experimentar el LSD en lavados de cerebro, se arrojó al vacío desde su laboratorio luego de inyectar una dosis en su organismo. Durante veinte años, su viuda creyó que era una suicidio común y corriente.

Fine Air realiza ahora el trabajo clandestino que antes hacía la Air América en el sudeste asiático, y aunque no estaba autorizada a operar en el país, sus Douglas DC-8 transportaron los FAL oxidados y las municiones vencidas que negociara el capitán de navío Estrada.

—Toda la información que elevé a la superioridad me la tiraron encima— dice el comodoro Moreira que le confió Etchegoyen.