jueves, 16 de septiembre de 2010

26. Cromañon. Post sin título





Diecisiete jóvenes fallecieron en la trampa de la discoteca Keyvis, aunque no hubo juicio político contra el intendente local. El pibe Bulascio fue muerto a golpes en la comisaría luego de asistir a un recital. Un chico murió apuñalado en la cola para comprar entradas antes de una presentación de los Rolling Stones. Dos murieron en Splendor de Moreno. Uno, en el recital de Kiss en la cancha de River. Dos se electrocutaron en Puerto Madero durante un recital organizado por la gestión de De la Rúa y Lopérfido en la intendencia. Uno, en El Reventón. Uno durante una presentación de los Redonditos de Ricota en River. Sunset, Chicharrón, Fantástico Bailable, El Sublime y New York City tienen una víctima cada uno por agresión de los vigiladores de esos lugares. Prescribió la causa contra los funcionarios imputados por la el homicido de la niña Marcela Iglesias, de 6 años, aplastada en el Paseo de la Infanta[i].
Una bengala mató a una chica en Mundo Marino. Otra, a un hincha de Racing.
En República Cromañón, les tocó a:
Abosaleh María Alejandra, fallecida. Acosta Romina, internada en el H. Penna. Acuña Gabriela, internada en el H. Ramos Mejía. Acuña Nicolas, internado en el H. Ramos Mejía. Acuña Roberto, internado en el H. Ramos Mejía. Agüero Ezequiel, fallecido. Aguirre Fernando, fallecido. Alanis Pablo, internado en el Inst.del Quemado. Alderete Hernán, internado en el Inst.del Quemado. Alegre Babich Juan Pablo, fallecido. Alisa Juan M., internado en el H. Ramos Mejía. Altamora Matías, internado en el H. Argerich. Alvarez Aixa, internada en el H. Fernández. Alvarez Gastón, internado en el H. Penna. Alvarez Gerardo, internado en el H. Ramos Mejía. Alvarez Leandro, internado en el H. Fernández. Alvarez Rubén, internado en el H. Argerich. Amaya Gastón, fallecido. Antón Agustina (10 años), fallecida. Antón Paula, fallecida. Aramburu Milena, fallecida. Aranda Anahí, internada en el H. Ramos Mejía. Aranda Diego, internado en el H. Ramos Mejía. Aranda Jesica, internada en el H. Ramos Mejía. Arena Rubén Darío, internado en el H. Fernández. Arévalo Fernando, internado en el H. Penna. Argañaraz Marieala, internada en el H. Ramos Mejía. Argañaraz Paola, internada en el H. Ramos Mejía. Argento Fernando, internado en el H. Ramos Mejía. Arias Dante, internado en el H. Ramos Mejía. Arias Martín, fallecido. Arlam Mauro, internado en el H. Argerich. Arnaldo Jorge, fallecido. Arnaldo Mariela, fallecida. Asco Ezequiel, internado en el H. Fernández. Avalos Grabiel, internado en el H. Rivadavia. Avalos José Leandro, fallecido. Avendaño Sergio Daniel, fallecido. Avila Antonella, internada en el H. Ramos Mejía. Avirán Sebastián, internado en el H. Penna. Azaar María Victoria, fallecida. Baéz Santiago, internado en el H. Ramos Mejía. Baigorria Hernán, internado en el H. Fernández. Bañuelo Claudio, internado en el H. Penna. Barani Nicolás, internado en el H. Fernández. Baratta Selva Soledad (17 años), fallecida[ii]. Barbalace Rebeca Gisela, fallecida. Barbosa Anahí, internada en el H. Ramos Mejía. Bardero Facundo, internado en el H. Rivadavia. Barreras Salomé, internada en el H. Ramos Mejía. Barrionuevo Romina, internada en el H. Ramos Mejía. Barros Gabriela, internada en el H. Ramos Mejía. Bazán Juan Daniel, internado en el H. Penna. Bazán Juan Manuel, internado en el H. Penna. Bazán Juan, internado en el H. Penna. Becker Carol, fallecida. Belascuain Gustavo, fallecido. Bello María Laura, fallecida. Belzunce Eduardo Rubén, fallecido. Benítez Mariano Alexis, fallecido. Betinelli Lorena, internada en el H. Ramos Mejía. Bisso Rodrigo, internado en el H. Ramos Mejía. Blanco Lautaro, fallecido[iii]. Bonomini Sebastián, fallecido. Bordón Nahum Leandro Ezequiel (9 años), fallecido. Bordón Solange Milagros (10 años), fallecida. Borian Maximiliano, internado en el H. Ramos Mejía. Borras Gabriela, fallecida. Branzini Romina Tamara, fallecida[iv]. Brizuela Agustina, internada en el H. Ramos Mejía. Brochi Caterina, internada en el H. Ramos Mejía. Broggi Erica, fallecida. Broygri Fabiana, internada en el H. Ramos Mejía. Brusela Florencia, internada en el H. Penna. Buitrón Zaida Violeta, fallecida. Bustamante Federico, internado en el H. Argerich. Bustamante Maximiliano, internado en el H. Argerich. Bustrac Federico, internado en el Inst.del Quemado.
Caballero Romina, internada en el H. Ramos Mejía. Cabrelli María Angélica, fallecida. Cabrera Gloria, fallecida. Cabrera Silvia, fallecida. Calderón Matías, fallecido. Calderón Roberto, fallecido. Canaves Guillermo, internado en el H. Ricardo Gutierrez. Canavese Guillermo, internado en el H. Fernández. Cancino Sonia, internada en el H. Penna. Cañeto Luciano, internado en el H. Ramos Mejía. Cantilo Sonia, internada en el H. Penna. Canziani María Soledad, fallecida[v]. Canzonieri Paula, internada en el H. Pirovano. Capitanich Exequiel, internado en el Inst.del Quemado. Capuano Federico, internado en el H. Ramos Mejía. Carabajal Cristian, internado en el H. Ramos Mejía. Caratazzolo Rodolfo, internado en el H. Argerich. Carballo Diego, internado en el H. Ramos Mejía. Carlen Javier, internado en el H. Ramos Mejía. Carrasco Inés, internada en el H. Ricardo Gutierrez. Carrasco Iris, internada en el H. Rivadavia. Carrizo Carolina, internada en el H. Penna. Carrizo Gimena, internada en el Inst.del Quemado. Carrizo Jimena, internada en el H. Ramos Mejía. Castale Abel, fallecido. Castelli Natalia, internada en el H. Pirovano. Castro Fuentes Romina, fallecida. Castro Leonardo, internado en el Inst.del Quemado. Cata Matías, internado en el H. Argerich. Catatetelos Nahuel, internado en el H. Ramos Mejía. Cayón Julián, fallecido. Ceballos Gisell, internada en el H. Penna. Cejas Francisco, internado en el H. Argerich. Cejas José, internado en el H. Argerich. Cevallos Hernán, internado en el H. Pirovano. Cevallos Martín, internado en el H. Pirovano. Chaluti Chabañas, internado en el H. Penna. Chaparro David, fallecido. Chaparro Leonardo, fallecido. Charnapolski Martín, internado en el H. Fernández. Chavez Ariel, internado en el H. Ramos Mejía. Chevanier Sanuti, internado en el H. Penna. Churruarín Marcelo, internado en el H. Fernández. Colnaghi Nicolás, fallecido. Comínguez Mariano, internado en el H. Argerich. Confino Martín, fallecido. Conte Edgardo Horacio, fallecido[vi]. Conte Martín, internado en el H. Penna. Cordero Ignacio, fallecido. Cordero Ignacio, internado en el H. Argerich. Cordero Ricardo, fallecido. Córdoba Lucas, internado en el H. Fernández. Cornide Martín A, internado en el H. Penna. Correa Tania, internada en el H. Ramos Mejía. Cortés Volla Juan Carlos, fallecido. Costa Romina, internada en el Inst. del Quemado. Coucher Daniel, internado en el H. Ramos Mejía. Coucher David, internado en el H. Ramos Mejía. Creposai Verónica, internada en el Inst. del Quemado. Crivelli Fernando, internado en el H. Ramos Mejía. Crivelli Paola Analía, fallecida. Cruz Leonardo Gabriel (15 años), fallecido. Cucarecce Matías, internado en el H. Penna. Cuella Carina, internada en el H. Ramos Mejía. Cuturie Gustavo, internado en el H. Ramos Mejía. Cuturie Laura, internada en el H. Ramos Mejía. Cwierz Macarena Sol (4 años), fallecida. Cwierz Sebastián Ricardo, fallecido. Dagatha Mayra, fallecida. Darnica Luciano, internado en el H. Fernández. De Micchelli Fabián, internado en el H. Ramos Mejía. Denos Ezequiel, intentó suicidarse en tres oportunidades. De Olivera Mariana, fallecida. De Rose Liliana, fallecida. Del Canto Guido Nicolás, fallecido. Del Río Julio, internado en el H. Rivadavia. Delgado Daniel, internado en el H. Ramos Mejía. Delgado Enzo, internado en el H. Argerich. Díaz Aldo, internado en el H. Ramos Mejía. Díaz Alfredo, internada en el Inst. del Quemado. Díaz Ana, internada en el H. Ramos Mejía. Diaz Ariel Díaz, internado en el H. Argerich. Díaz de Longo Marisa, fallecida. Díaz Esteban, internado en el H. Penna. Díaz Ezequiel, internado en el H. Fernández. Díaz Florencia, fallecida. Díaz Irma, internada en el H. Ramos Mejía. Díaz Pamela, internada en el H. Penna. Dieguez Juan Ignacio, internado en el H. Argerich. Diez Florencia Laura, fallecida. Djerfy Osvaldo José, fallecido. Dobal María Victoria, internada en el H. Fernández. Domingo Nicolás, internado en el H. Ramos Mejía. Domínguez Carolina, internada en el H. Fernández. Domínguez Hugo, internado en el H. Ramos Mejía. Durán Mariano, internado en el H. Rivadavia. Durray Paula, internada en el Inst. del Quemado. Eletto Lucas, internado en el H. Pirovano. Escalante Liliana, fallecida. Escobar Sergio Antonio, fallecido. Espíndola María, internada en el H. Ramos Mejía. Espínola Monje Denis Aurelio, fallecido. Espinosa Masculine, internado en el H. Penna. Espinosa Pedro Gabriel  fallecido. Espinosa Roberto, internado en el H. Ramos Mejía. Espinoza Pablo, internado en el Inst. del Quemado. Espul Agustina, internada en el H. Ramos Mejía. Esquivel Germán, internado en el H. Rivadavia. Fabiano Emiliano, internado en el H. Ramos Mejía. Farreras Mariano, internado en el H. Penna. Farreras Sebastián, fallecido. Fejeiro Soledad, internada en el H. Ramos Mejía. Ferinola Andrea, internada en el H. Ramos Mejía. Fermoselle Juan Ignacio, fallecido. Fernández. Diego, fallecido. Fernández. Laura, fallecida. Fernández. Matías, internado en el H. Ramos Mejía. Fernández. Mayla Soledad, fallecida. Fernández. Sebastián Alejandro, fallecido. Ferrari Federico, internado en el H. Ramos Mejía. Ferrari Lescano Julián, internado en el H. Fernández. Ferreira Analía, internada en el H. Pirovano. Ferreira Mariano, internado en el H. Penna. Ferrer Soledad, internada en el H. Ramos Mejía. Ferreyra Franco, fallecido. Ferucelli Juan, fallecido. Filipeli María, internada en el H. Argerich.Filkestein David, internado en el H. Ramos Mejía. Finer Cecilia, internada en el H. Ramos Mejía. Fiorini Manuel, internado en el H. Argerich. Flores Facundo, internado en el Inst. del Quemado. Flores Florencia Soledad, fallecida. Flores Romina (23 años), fallecida[vii]. Fonsine Juan, internado en el H. Ramos Mejía. Fontanet Susana, internada en el H. Ramos Mejía. Fossa Fernando, internado en el H. Ramos Mejía. Frutis Gonzalo, internado en el H. Penna. Frutos Nicolas, fallecido[viii]. Fucci Pablo, fallecido. Fuce María Eugenia, internada en el H. Argerich. Funes Andrés, fallecido. Fuse Florencia, internada en el H. Ramos Mejía. Gaibruso Carolina, internada en el H. Penna. Gaitán Dardo, internado en el H. Ramos Mejía. Galarza Lorenzo, internado en el H. Ramos Mejía. Galeano Fabián, internado en el H. Ramos Mejía. Gallardo Florencia, internada en el Inst. del Quemado. Galoso Cecilia, internada en el H. Ramos Mejía. Gamarra Mercedes, fallecida. Gambassini José Luis, fallecido. García Alejandro Matías, fallecido. García Exequiel, internado en el H. Rivadavia. García Gastón Guillermo, fallecido. Garnica Gabriel, internado en el H. Ramos Mejía. Gaspar Estela, internada en el H. Penna. Gauna Florencia, internada en el Inst. del Quemado. Gavilán Matías, fallecido. Gellman Isaac, internado en el H. Penna. Giani Bárbara (19 años), fallecida. Gimenez Cano Johnatan, internado en el H. Ramos Mejía. Ginal Jorge, internado en el H. Penna. Gioffre Claudia, fallecida. Giovanini Carla, fallecida. Giralt Jorge (21 años), fallecido. Godoy Cristian, internado en el H. Ramos Mejía. Gómez  Hernán, internado en el H. Penna. Gómez Manuel, internado en el H. Fernández. Gómez Martín, internado en el H. Rivadavia. Gómez Analía, fallecida. Gómez Emanuel, internado en el H. Ramos Mejía. Gómez Emanuel, internado en el H. Ricardo Gutierrez. González Abel Rodolfo, fallecido. González Alejandro, internado en el H. Ramos Mejía. González Cedrés Patricia, fallecida[ix]. González Federico Nahuel  fallecido. González Fretes Alicia, fallecida. González M. , internado en el H. Penna. Grabrielle Soledad, internada en el Instituto del Quemado. Guebel Hernán, internado en el H. Ramos Mejía. Guevara Yamila Lucia, fallecida. Guillón Sebastián, internado en el H. Penna. Guinayer Cristina, internada en el Inst. del Quemado. Gutierrez Emanuel, internado en el H. Ramos Mejía. Guzmán Emiliano, internado en el H. Ramos Mejía. Guzmán Lucas José, fallecido. Habe Tamara, internada en el H. Argerich. Hermida Carla, internada en el H. Penna. Hermida Carlos, internado en el H. Penna. Herrera Carolina, internada en el H. Penna. Herrera Darío, internado en el H. Penna. Herrera Santiago, internado en el H. Penna. Herrero Jorge, internado en el H. Ricardo Gutierrez. Housal Mercedes, internada en el H. Penna. Ibañez Roberto, fallecido. Iglesias Pedro Tomás, fallecido[x]. Iñiguez Johnatan, internado en el H. Pirovano. Insaurralde Ramiro, internado en el H. Ramos Mejía. Jais Mauricio, internado en el H. Ramos Mejía. Jara Teresa Marta, fallecida. Jelfi Jorge, internado en el H. Fernández. Juárez Adriana, internada en el H. Ramos Mejía. Juárez Sebastián, fallecido. Katz Pablo, fallecido. Krempasky Verónica, internada en el H. Ricardo Gutierrez. La Bella Matías Ezequiel  fallecido. La Via Adriana Inés, fallecida. Lafuente Fernando, internado en el H. Ramos Mejía. Laguis Maximiliano, internado en el H. Rivadavia. Lamenza Marcelo, fallecido[xi]. Lamini Martín, internado en el H. Ramos Mejía. Lanas Noelia, fallecida. Lanatta Dieguez Juan Ignacio, fallecido. Landoni Carlos Nicolás, fallecido. Lasota Jhonatan, fallecido. Lastra Ángela, internada en el H. Ramos Mejía. Laura Javier, internado en el H. Fernández. Lavandeiras Juliana, internada en el H. Penna. Ledesma Carlos, internado en el H. Fernández. Ledesma Luisana Aylén (10 meses), fallecida. Leiva Julio Alberto, fallecido. Lemos Facundo, internado en el H. Penna. Lichtenstein Diego, internado en el H. Pirovano. Linares Paola, fallecida. Linger Cecilia, internada en el H. Ramos Mejía. Lizarraga Erica, fallecida. Lobo Cintya, internada en el H. Fernández. López Andrés, internado en el H. Pirovano. López Mariano, internado en el H. Ramos Mejía. López Pedro Antonio, fallecido. Lucas Esteban Rodrigo, fallecido. Luna Carlos, internado en el H. Ramos Mejía. Luna Daniel, internado en el Inst. del Quemado. Luparello Gabriel Maximiliano, fallecido. Luque Juan, internado en el H. Ramos Mejía. Maciel Carina, internada en el H. Fernández. Maciel Devorah, internada en el H. Ramos Mejía. Maggio Diego Reynaldo, fallecido. Magno Laura, internada en el H. Penna. Maidana Viviana, internada en el H. Argerich. Maiolo Anabella, internada en el H. Ramos Mejía. Maiolo Martín, internado en el H. Ramos Mejía. Malaga Alejandro, internado en el H. Ramos Mejía. Malenosky Ariel, internado en el H. Ramos Mejía. Malenovsky Ariel, fallecido. Mancuso Anahí, internada en el H. Ramos Mejía. Mansilla Jorge, fallecido. Mansilla Jorge, internado en el H. Penna. Mansilla Nicolás, internado en el H. Penna. Manzano Laura, internada en el H. Penna. Marchiano Gustavo, fallecido. Marciel Adrián, internado en el H. Penna. Marcilla Nicolás, internado en el H. Penna. Márquez Martín, internado en el H. Ramos Mejía. Márquez Nahuel, internado en el H. Ramos Mejía. Martinea Lucía, internada en el H. Penna. Martínez Ángel, internado en el H. Argerich. Martínez Candela, internada en el H. Ramos Mejía. Martínez Lucía, internada en el H. Penna. Martínez Maximiliano, internado en el H. Argerich. Mastrángelo Federico, fallecido. Matías Nicolás, internado en el H. Argerich. Maya Gastón, internado en el H. Ramos Mejía. Mazzeo Mario, fallecido. Mazzurco Elisa, fallecida. Medina Fernando Horacio, fallecido. Medina Mariano, fallecido. Méndez Silvina, internada en el H. Penna. Mendia Estefanía, internada en el H. Argerich. Mendieta Evaristo, fallecido. Migliaro Leandro, fallecido. Miño Ricardo, internado en el H. Ramos Mejía. Molteni Federico, fallecido. Molteni Federico, internado en el H. Argerich. Mona Ayelen, internada en el Inst. del Quemado. Montivero Vanina, internada en el H. Ramos Mejía. Morales Santiago, internado en el H. Penna. Morales Sofía, fallecida. Morán Marques, internado en el Inst. del Quemado. Moreira Carolina, internada en el H. Ramos Mejía. Moreno Amílcar, internado en el H. Fernández. Moreno Iván, internado en el H. Fernández. Moroni Ricardo, internado en el H. Penna. Moucarcel Mariana, internada en el H. Penna. Moucarcel Mario, internado en el H. Penna. Moxi Ramón, internado en el H. Ramos Mejía. Muñoz Manuel, internado en el H. Ramos Mejía. Musante Guido, fallecido. Neocito Maximiliano, internado en el H. Argerich. Neocito Victoria, internada en el H. Argerich. Nibolo Fernando, internado en el H. Penna. Nieva Nicolás, fallecido. NN, fallecido. NN, fallecido[xii]. NN, fallecido. Noriega Diego, internado en el Inst. del Quemado. Noriega Florencia, internada en el H. Ramos Mejía. Novoa Cecilia Irene, fallecida. Novoa Daiana, fallecida. Novoa Lucía, internada en el H. Fernández. Olivera Belén, internada en el H. Ricardo Gutierrez. Orrego Mauro Noel, fallecido. Ortiz Débora, fallecida. Ortiz Héctor, internado en el H. Penna. Ortiz María C. , internada en el H. Ramos Mejía. Ortiz Mariana, internada en el H. Ramos Mejía. Oviedo Ana Laura, fallecida. Padilla Luis, internado en el H. Fernández. Paidós Nelson, internado en el H. Argerich. País Pablo, internado en el H. Ramos Mejía. Paniso Ana, internada en el H. Penna. Pardo Yesica, internada en el H. Fernández. Pata Walter Jorge, fallecido. Pata Walter, internado en el H. Ricardo Gutierrez. Paz Dilva, fallecida. Paz Pablo, internado en el H. Penna. Pazos Elizandro, internado en el H. Argerich. Pedroso Hugo, internado en el H. Ramos Mejía. Peón María Celeste, fallecida. Peret María, fallecida. Pereyra Silva, fallecida. Pérez Ángel, internado en el H. Rivadavia. Pérez Gigi, internada en el H. Fernández. Pérez González María, fallecida. Pérez Jonathan, internado en el H. Fernández. Pérez Jorge, internado en el H. Ramos Mejía. Pérez Juan Manuel, internado en el H. Ramos Mejía. Pérez Lucas Gabriel, fallecido. Pérez Martín, internado en el H. Ramos Mejía. Pérez Rubén, internado en el H. Ramos Mejía. Pérez Rubén, internado en el H. Ramos Mejía. Perrone Raúl, internado en el H. Penna. Piris Diego, internado en el H. Ramos Mejía. Posa Lisandro, internado en el H. Argerich. Pouche Daniel, internado en el H. Ramos Mejía. Prinocik Leandro, internado en el H. Fernández. Propato Lucía, fallecida. Prosit Maximiliano, internado en el H. Penna. Quinteros María Laura, internada en el H. Penna. Quinteros María, internada en el H. Penna. Radice Paula, internada en el H. Ramos Mejía. Ragonese Carolina, fallecida. Ramírez Griselda Noemí, fallecida. Ramírez Jorge, internado en el H. Ramos Mejía. Ramírez Juan Agustín, internado en el H. Ramos Mejía. Ramírez Juan, internado en el H. Ramos Mejía. Ranieri Silvina Noemí, fallecida. Reales Cecilia, internada en el H. Penna. Recrepo Marcelo, internado en el H. Penna. Rena Ariel, internado en el H. Penna. Renna Cristian Alejandro, fallecido. Resemando Ludmila, internada en el H. Penna. Retamoso Norberto, internado en el H. Penna. Revertía Ariel, internado en el H. Ramos Mejía. Riccini Gerardo, internado en el H. Fernández. Rimoldi Victoria, internada en el H. Argerich. Ríos Carina, internada en el H. Ramos Mejía. Ríos Lidia, internada en el H. Ramos Mejía. Rivero Elizabeth, internada en el H. Ramos Mejía. Roberto Sebastián, internado en el H. Argerich. Rodríguez Emanuel, internado en el H. Ricardo Gutierrez. Rodríguez Hernán Leonel  fallecido. Rodríguez Matías, internado en el H. Rivadavia. Rodríguez Righi Emiliano, fallecido. Roguet Diego, internado en el H. Ramos Mejía. Rojas Fernanda, fallecida. Rojas Luis, fallecido. Rojas Marianela, fallecida. Rojenzo Carolina, fallecida. Roldán Cristian, internado en el H. Argerich. Roldán Gustavo, internado en el H. Ramos Mejía. Romagiali Eliana, internada en el H. Argerich. Romano Pascual, internado en el H. Ramos Mejía. Romieux Cecilia (25 años), fallecida[xiii]. Rosemana Eve, internada en el H. Penna. Rosembleg Samantha, internada en el H. Fernández. Rozengardt Julián, fallecido. Rossi Daniel, internado en el H. Ramos Mejía. Rossi Martín, internado en el H. Ramos Mejía. Rossi Soledad, internada en el H. Ramos Mejía. Rubino Maximiliano, internado en el H. Ramos Mejía. Ruiz Canemann Osvaldo, fallecido. Ruiz Darío, internado en el H. Penna. Ruiz Díaz Rosa, internada en el H. Argerich. Ruíz Díaz Roxana, internada en el H. Ramos Mejía. Ruiz Sergio, fallecido. Rusinsky Agustina (15 años), fallecida. Ruzycky Agustina, internada en el H. Ramos Mejía. Salianas Viviana, internada en el H. Penna. Salinas Liliana, internada en el H. Penna. Salto Noemí, internada en el H. Rivadavia. Sanabria Silvia, fallecida. Sanchetti Pablo, internado en el H. Argerich. Sánchez José, internado en el H. Ramos Mejía. Sánchez Mario, internado en el H. Ramos Mejía. Sánchez Octavio, internado en el H. Ramos Mejía. Sandoval Rosa Beatriz (38 años), fallecida. Santana Luis Alberto, fallecido[xiv]. Santanocito Alicia, fallecida. Santanocito María Belén, fallecida. Santillán Jackeline, fallecida. Santillán Valeria Liliana, fallecida. Santillán Vanina, internada en el H. Penna. Santos Noemí, internada en el H. Fernández. Santos Sabrina, internada en el H. Fernández. Santos Torres Nocito, internado en el H. Penna. Saosano Ramón, internado en el H. Ramos Mejía. Scarcella Jorge, internado en el H. Pirovano. Schpak Leandro, fallecido. Schwarz Pedro, internado en el H. Ramos Mejía. Segovia Ríos Sofía Adriana, fallecida. Serrano Fedrico, internado en el Inst. del Quemado. Sillak Nicolás, fallecido. Silotta Mariana (21 años), fallecida[xv]. Silva Mariano, internado en el Inst. del Quemado. Sitro Rubén, internado en el H. Argerich. Solís Walter, fallecido. Soraide Pablo Mariano, fallecido. Sosa Gonzalo, internado en el H. Ramos Mejía. Sosa Mariana, internada en el H. Ramos Mejía. Stempler Romina, fallecida. Suárez Octavio, internado en el H. Ramos Mejía. Taborda Gustavo, fallecido. Tai Mauro, internado en el H. Penna. Tamborín Cristian, internado en el H. Rivadavia. Teijo Natalia, internada en el H. Ramos Mejía. Tejerían María, internada en el H. Ramos Mejía. Tell Rodrigo, internado en el H. Ramos Mejía. Tolosa Roberto, fallecido. Torba Leonardo, fallecido. Torres Jonatan, fallecido. Torres Mario Ramón, fallecido. Torres Mario, fallecido. Trujillo Alejandra, fallecida. Urcullú María Sol, fallecida. Vacarotta Miguel, internado en el Inst. del Quemado. Valsangiácomo Mariano, fallecido. Valsangiácomo Verónica, fallecida. Varela Damián, internado en el H. Ramos Mejía. Vázquez Facundo, fallecido. H. Argerich. Veigas Mendes Cristian Mariano, fallecido. Velásquez Cristian, internado en el H. Rivadavia. Velásquez Patricia, internada en el H. Ramos Mejía. Vera Javier, fallecido. Villalba Carolina, internada en el H. Ramos Mejía. Villalba Facundo, internado en el H. Fernández. Villalba Sergio, internado en el H. Pirovano. Villalba Viviana, fallecida. Villarrego Matías, internado en el H. Ramos Mejía. Visconti Fabiana, internada en el H. Penna. Vitale María Lidia, fallecida. Vonkar Emanuel, internado en el H. Ricardo Gutierrez. Wierz Ricardo, internado en el H. Argerich. Yanni Darío, fallecido. Yegro César, internado en el H. Ramos Mejía. Zacarías Walter, fallecido. Zalazar Pablo Adrián, fallecido. Zamudio Hugo, fallecido. Zapata Osvaldo, fallecido. Zárate José Luis, fallecido. Zarotano Ramón, internado en el H. Ramos Mejía. Zarza Horacio, internado en el H. Ramos Mejía. Zerpa Gustavo Ariel (5 años), fallecido[xvi].
¿Nunca más?


[i] Los padres de la pequeña víctima deberán pagar las costas del juicio contra tres funcionarios municipales, el concesionario y el escultor.
[ii] En el Instituto Dupuytrén.
[iii] Sobrino del legislador Milcíades Peña.
[iv] Esposa del manager de Callejeros.
[v] Los abogados de su familia pidieron al juez que cruce llamadas de Chabán y su entorno con funcionarios del gobierno de la ciudad.
[vi] Integrante de la Policía Federal. Ingresó voluntariamente al local incendiado mientras estaba de franco.
[vii] Madre de Nicolas Frutos, un niño fallecido a quien se creía desaparecido o secuestrado. La investigación demostró posteriormente que había sido enterrado por error con otro nombre.
[viii] Permaneció dos semanas como desaparecido hasta que su cadáver fue hallado en la Chacarita.
[ix] Trabajaba en el local de Cromañón.
[x] Hijo del abogado José Iglesias.
[xi] Baterista del grupo El Mendigo.
[xii] Por decisión de la familia, no trascendieron los nombres de 3 de las víctimas fatales.
[xiii] Hija de un concejal de Ituzaingó.
[xiv] Notero de Crónica TV, no asistía al espectáculo. Murió sacando víctimas.
[xv] Novia de Patricio Fontanet, voz de Callejeros.
[xvi] Enterrado por error como Nicolás Frutos, también fallecido.

25. Cromañon. Esperando a Godot

Los funcionarios de la administración pública de la Ciudad son responsables por los daños que ocasionaran y por los actos u omisiones en que incurrieran excediéndose en sus facultades legales.
CONSTITUCION DE LA CIUDAD (artículo 56°).

Rubén Bisciglia fue un testigo privilegiado. Víctima de la flexibilización laboral, alterna su profesión de radiólogo en prepagas con trabajos eventuales como figurante del Teatro Colón, encuestador o camarero. Accedió a relatar a este cronista lo que sucedió esa noche y su relato no oculta la tensión vivida ni el rastro tenso que Cromañón dejó en su existencia, acaso para siempre.
–Por Bartolomé Mitre, a una cuadra, vive mi novia. Esa noche habíamos organizado un asado con amigos, en la terraza. Desde dos días atrás todo los alrededores de Cromañón eran un descontrol –por los tres recitales consecutivos de Callejeros.
“Los chicos comenzaban a llegar al mediodía. El consumo excesivo de cerveza, que adquirían en kioscos y supermercados de la zona, era evidente. A media tarde había muchos pibes dados vuelta, que interrumpían el tránsito de personas y autos, y que llegaron a encaramarse sobre el puente de Jean Jaures (sobre el que pasa el ferrocarril) para colgar trapos y colgarse ellos mismos de la estructura de hierro. No se veía un solo policía”, continúa.
“Algunos se habían quedado en las inmediaciones desde el primer recital, el miércoles. Dormían en la calle”, dice.
“A eso de las diez las sirenas cercanas nos obligaron a interrumpir la comida y dejarla para otra oportunidad. El caos era total. En las dos o tres horas que estuve en los alrededores, nadie intentó ordenar la situación. La mayoría de los que salían vomitaban una sustancia oscura”.
“La mañana siguiente, la escena era estremecedora. Montañas de zapatillas, remeras y pantalones desparramados sobre la calle. Vi muchos pibes dormidos en las inmediaciones, sobre la vereda, y a una familia que despertaba a los gritos a su hijo, al que habían encontrado luego de recorrer comisarías y hospitales. Simplemente se había quedado dormido a pocos metros del incendio. Ninguna autoridad recorrió las cercanías para verificar el estado de esos chicos”, concluye.

¿Son seguros los recitales?

En la Argentina no solo son inseguros los locales de música.
La puesta en escena, el espectáculo, consistía en una combinación de temas musicales a alto volumen, letras que evocan la realidad social o emotiva del público, consumo excesivo de cerveza, aguante, bengalas, petardos y descontrol.
Sin alguno de esos elementos, el éxito dejaba de serlo.
Algún adulto, o una institución con autoridad suficiente, debían prever las consecuencias. No se puede exigir a unos adolescentes enceguecidos por la fama rápida y a un público sin perspectivas de futuro e inserción social que posean conocimientos sobre telas ignífugas y prevención contra incendios, o que uno de ellos sea especialista en estos temas cuando apenas pueden con sus propias existencias.
Chabán sí lo sabía, pero su negocio consistía en “meter” 6.000 personas aunque el local estuviera habilitado para poco mas de 1.000.
Y República Cromañón no era todo su negocio: el ruido de la discoteca perjudicaba a los pasajeros del alojamiento contiguo, también propiedad de la misma firma offshore, por lo que Chabán decidió cubrir las paredes con guatas y colocar una mediasombra para tapar el techo y acentuar el efecto “dark”.
Como consta en la investigación judicial, un empresario de la construcción le aconsejó redecorar el local con materiales más seguros, pero Chabán desestimó esa inversión. El testimonio del canadiense Salvatore Albano, radicado desde hace 10 años en el país, es tan revelador como la investigación del Defensor adjunto Atilio Alimena:
"En enero de 2004 me llamó Hugo Caballero, quien entonces se encargaba de la seguridad de República Cromañón, y me pidió un presupuesto porque Chabán quería acondicionar el local acústicamente, ya que estaba preocupado por los ruidos", afirmó al diario Clarín. "Fui a ver la discoteca. La tela que tapaba cables y caños del techo –continuó– era una mediasombra y el conductor de aire utilizado para extraer calor y humo– que recorría todo el boliche, estaba recubierto con guata, un material usado como relleno de ropa de abrigo, muy inflamable, igual que la mediasombra. Le advertí a Caballero que el lugar era muy peligroso, que la guata debía sustituirse por lana de vidrio, entre otros cambios. Le pasé un presupuesto de 17.000 pesos, pero Chabán y sus socios decidieron no hacer la obra, por lo que, en desacuerdo con esto, Caballero renunció al trabajo, en febrero de 2004”.
Albano también presupuestó cuatro extractores ya que sólo funcionaba uno. "Estos extractores tienen un diámetro de 90 centímetros. Con los cuatro prendidos se puede sacar el humo de todo el local en una hora", precisó. El trabajo incluía abrir nuevas salidas de emergencia, y recubrir las paredes y el portón de entrada con lana de vidrio.
También calificó al viejo local de El Reventón como “un desastre, los cables peligrosamente cercanos a la mediasombra, no estaban aislados”. Al iniciarse el incendio se cortó la electricidad, lo que agravó la situación.
El cierre externo de la salida de emergencia es una decisión criminal. La puerta de entrada que abre hacia adentro, también. Lo sabía Raúl Villareal, un patovica retirado que trataba con la policía de la 7ª la entrega de cien pesos para cada 500 asistentes en cada recital. Y estaban obligados a saberlo los funcionarios encargados de los controles comunales.
Aunque se lleven el 70% de los ingresos netos por entradas, los grupos de rock no tienen ni es sensato que tengan competencia sobre temas como construcciones contra incendios, pánico colectivo, derrumbes, explosivos, evacuaciones, avalanchas o reanimación. Pero más vale que desde ahora en adelante se fijen seriamente con qué empresario tienen tratos comerciales y cómo se pavimenta ese camino rápido a la fama.
Esteban Schmidt, en un site (www.lamembrana) define con particular lucidez al público: “Los pibes que iban a Cemento o a Cromagnon se sentaban al costadito, contra la pared, con la cervecita, con la cara triste, esperando a Godot. Un verdadero padre, Chabán, no como el que había en casa, los acogía en la penumbra, les pescaba la angustia al vuelo y les daba un trago y una canción”.
En la página de “Los invisibles”, una internauta escribe sobre el incendio anterior en República Cromañón, también con Callejeros y solo unas horas antes de la tragedia, aquel que fue apagado con el agua contenida en vasos descartables para cerveza (1.000 cm³):
"Todavía estoy tosiendo por el humo pero valió la pena casi morir por falta de aire cuando en Tiempo de estar me tragué todo el humo de una bengala que prendieron al lado mío".
Y Godot llegó, aunque ninguno de los presentes, quizás con excepción de Chabán, hubiera oído hablar de él.
Constituye un grave error señalar la responsabilidad del público, en cierto sentido inimputable y emergente de una sociedad enferma.
Hubo imprudencia, sí, pero esto apenas los convierte en los ladrones de gallinas de esta historia de una Argentina donde solo por milagro (¿Dios es argentino?) las “tragedias” no se multiplican.
Cromañón debería ser una advertencia para los jóvenes: cuídense ustedes mismos, nadie lo hará por ustedes.

Pruebas y procesamiento

Del auto de procesamiento judicial contra Omar Chabán y el grupo Callejeros se aprecian con claridad las responsabilidades de unos y otros:
“De las pruebas colectadas hasta el momento surge que el local de la calle Bartolomé Mitre 3060 era lindero a un hotel, cuyos titulares inmobiliarios también lo eran de aquél. Sin embargo, fue habilitado como local de baile clase C en forma autónoma, es decir sin considerarse la relación existente con el citado hotel respecto del cual entonces nunca tendrá la condición de anexo. Esto reviste suma importancia ya que a partir del momento en que es independiente y no anexo, el local no puede tener ningún tipo de comunicabilidad con otro comercio, ni siquiera con el hotel. Pese a ello, República Cromañón continuó compartiendo algunos de sus accesos con el hotel”, sostiene el Juez Lucini.
Y luego dictamina sobre la eventual salida de emergencia.
“En realidad era una salida alternativa ante la producción de un incidente de envergadura, designación por cierto confusa ya que su uso lisa y llanamente implicaba ingresar en una propiedad ajena a la del locatario del momento, y cuyo dueño perfectamente podía estar utilizando la dependencia contigua (en el caso un garaje) de la manera que estimare conveniente (por ejemplo estacionando un camión) lo que evidentemente imposibilitaría el uso de tal salida ante una emergencia. De todas maneras dicha puerta que en apariencia podría ser interpretada por el asistente al local como de emergencia, ya que lumínicamente estaba señalada con ese alcance, estaba cerrada con candado y alambre para imposibilitar así el ingreso al estacionamiento del hotel "Central Park". Pero en definitiva no sólo conduciría a un negocio ajeno sino que además no era un conducto directo hacia el exterior que pudiera permitir la evacuación y puesta a salvo de los concurrentes frente a un siniestro, máxime cuando había una puerta persiana que debía ser transpuesta para ganar finalmente la calle”.
Las alternativas de la investigación judicial, y la constante presión de los padres de las víctimas, separados en sectores a veces irreconciliables, merecerían otro libro.
La jueza Crotto sufrió una oportuna enfermedad y pidió licencia. Se designo al juez Lucini, que investigó prolijamente con el fiscal Sansone. Pero Lucini era subrogante, y a fin de 2005 lo reemplazará el doctor Néstor Costabel.
La acusación de homcidio culposo se convirtió en estrago, con penas menores, de la que luego fueron excluídos –por la misma Sala de la Cámara del Crimen que revocara la prisión preventiva de Chabán– siete ex-funcionarios. El estrago quedó limitado al empresario, el grupo Callejeros y el ex-secretario Juan Carlos López, que compartiría la tribuna al lado del doctor Strassera en el acto de apoyo a Ibarra el 2 de marzo. A Chabán y los comisarios Sevald y Belay se le agregó el cohecho. A los desprocesados, encabezados por Fabiana Fiszbin, el eventual delito se limitó a “incumplimiento de los deberes del funcionario público”.
Pero falta mucho por recorrer.

Lapidario

Milcíades Peña es hijo del historiador marxista homónimo. Periodista, entró a la Legislatura por el oficialismo. Su sobrino, el adolescente Lautaro Blanco, murió en Cromañón. En las últimas elecciones cosechó muy pocos votos que no le alcanzaron para la reelección.
Lo que sigue son algunos pasajes del discurso que pronunció frente a Aníbal Ibarra cuando el jefe de Gobierno se presentó ante la Legislatura para explicar lo inexplicable en enero 2005. Son una crónica descarnada de cómo se llegó al estado de indefensión del 30 de diciembre, y ponen en primer plano las sospechas sobre la protección política sobre los boliches ilegales. Demuestran que existía un lobby bajo la cubierta de una Cámara excesivamente amigable con las autoridades. Y que la devoción que éstas le demostraban no puede tener sino dos explicaciones posibles: estupidez o connivencia.

“¿Por qué pasó? Me lo pregunté desde el primer momento. El mismo día de la tragedia me enteré de la existencia de sendos informes de la defensoría, uno de Alimena y otro de Lesgueberis, en los que se mencionan situaciones de ilegalidad en la habilitación en 35 locales de baile. En lugar de clausurar los lugares en estado de ilegalidad, la plana mayor de su área participó los días 9 y 10 de noviembre en el hotel Crown Plaza del congreso de CEDEBA, la cámara que agrupa a 24 boliches, entre los que se destacan varios con habilitaciones irregulares, varios en estado de ilegalidad. Allí estuvieron los máximos funcionarios del control comunal de la ciudad y sus referentes políticos. Su apertura la realizaron Daniel Maxi Vasquez, presidente de la Cámara y dueño de Follia, uno de los boliches en estado de ilegalidad, y el Dr. Juan Carlos Lopez, ministro del área. Fabiana Fiszbin disertó sobre Seguridad en Establecimientos Nocturnos. Marcelo Antuña, sobre Justicia Contravencional y conflictos vecinales con un desagradable subtítulo: Nuestras empresas en el centro de la imputaciones. Lo acompañaba en la misma mesa el dueño de Amerika, cuyo local no fue controlado por Antuña en su momento cuando el juez Zuleta le trabó un embargo por no hacerlo y dispuso que le cobraría 2.000 pesos cada vez que constatara su actividad más allá de las tres de la mañana por incumplir su deber de funcionario. El coordinador del panel La prensa: ¿porqué somos el centro de ataques infundados? fue Matías Sehem, jefe de prensa de la senadora Vilma Ibarra. La senadora fue anunciada estelarmente como invitada al cierre del congreso del que participó.
“No hubo conclusiones, pero se sabe que varios empresarios plantearon apoyar el proyecto de ley presentado en esta Legislatura para cambiar la urbanización allí donde están los boliches de sus propiedad, para que luego puedan ser habilitados sin contrariar las leyes con dictamenes jurídicos enrevesados y oscuros, que arrojan un manto de sospecha sobre la actividad privada y su relación con la gestión de gobierno.
“El 3 de enero usted eligió presentarse en conferencia de prensa rodeado por los empresarios de los boliches. A su derecha se encontraba Maxi Vázquez, dueño de Follia en situación de habilitación ilegal y presidente de la Cámara. A su izquierda, Osvaldo de Risso, dueño del Amerika y secretario de la Cámara. En los informes de la defensoría del pueblo del mes de mayo de Alimena y luego de Lesbergueris, se establece que Follia, Milenium, Pachá, Club de Golf y Tiro loco carecían de habilitación, todos éstos pertenecientes a la cámara CEDEBA, los que usted eligió para comunicarse con la ciudadanía después de la tragedia.
A partir del año 2000 se habían clausurado judicialmente varios salones de baile clase C. En particular me voy a referir al caso de Kilómetro 20, Scape y Millenium. En el año 2001 Horacio Spandonari, primer jefe de inspectores de su gestión, autorizó mediante res. 3519 del 2001 el retiro de la faja de clausura de los tres locales mencionados. Hoy el local continua abierto, solo ha cambiado su nombre, se llama Belgrano New Millenium y en su pagina Web puede apreciarse su promoción: Complejo multiespacio de mas de 2.000 metros cuadrados preparado para recibir 4.500 personas. Es decir está fuera de la ley, sin embargo en este local se hizo el brindis de fin de año 2003 organizado por el grupo de Vilma Ibarra, Antuña y Fiszbin. Nuevo Millenium y Follia tienen muchas similitudes, ambos se encuentran sin habilitación, en zona UP. En Follia se realizan las reuniones de confraternización del Sr. Antuña con el personal de su Sub Secretaria. Fiszbin y toda su área festejaron allí el fin de año 2004.
“Hace 50 días usted convocó a todos los legisladores y a todos los funcionarios al brindis institucional de la ciudad en el Faena Hotel. Y esta semana nos entramos que dicho hotel no contaba con la habilitación pertinente y el código prescribe claramente que sin habilitación corresponde clausura lisa y llana.
Más adelante, Peña comenta algunas designaciones, demostrando que lo que se presentó a la prensa como una campaña de Ibarra contra la corrupción de los inspectores fue solamente un maquillaje:
“Horacio Spandonari fue designado por decreto 1444 el 18 de agosto del año 2000 como Director de Habilitaciones y Verificaciones, es decir, jefe de los inspectores de la ciudad, y como tal realizaba un amplio despliegue mediático de inspecciones sobre los geriátricos clandestinos. Según el programa Telenoche Investiga del 31 de octubre de 2001, los geriátricos se clausuraban frente a las cámaras de TV y eran reabiertos en silencio unos días más tarde. A raíz de esta denuncia, Spandonari y su segundo el Dr. Palenque debieron renunciar, pero por Decreto del 31 de enero del 2003, usted lo reubica en la función pública con el cargo de director de la Obra social de la ciudad de Buenos Aires en representación del gobierno, y a Palenque, ex socio en el estudio jurídico del Secretario Juan Carlos Lopez, como segundo de la Sindicatura.
“Luego de la caída de Spandonari se nombró por decreto 1027 del 2002 a Alejandro Campelmarcher como director general de Fiscalización y Control creando por otro lado un area de Habilitaciones (Nota del A.: que se limitaba a archivar las presentaciones de los profesionales colegiados) y de un tal Corso, responsable de las verificaciones generales tipo "A" desde avenida Rivadavia hacia el sur. Durante un operativo de la UPI, que en ese momento realizaban algunos inspectores en un local de Constitución, irrumpen el Director General Campemacher y el señor Corso, impiden el procedimiento e inmediatamente ese grupo de inspectores activos son trasladados puertas adentro y los sacan de la calle. Hay testigos que ya se han presentado a la justicia.
“Corso es un agente de carrera del área de inspección; es además dirigente político en La Boca y en el acto del Luna Park como en los festejos del triunfo electoral de nuestra coalición en el Palacio San Miguel, irrumpió con las banderas de Boca estampadas con los nombres de Marcelo Antuña y Vilma Ibarra y con otra curiosa bandera que decía La Boca es de Campelmarcher. Silvana Giudici le informa a usted en noviembre de 2003 que para enfrentar el focazo de corrupción (su slogan frente a los medios) de la Dirección General de Verificación y Control, debía cesar en su cargo primeramente a Campelmarcher. Por decreto 2116 del 10 de noviembre de 2003, usted decide disolver la Dirección General de Verificaciones y Control y por lo tanto dar de baja a Campelmarcher, decide pasar a 500 agentes de planta a disponibilidad, sacar de la dependencia de Antuña, entonces sub secretario de Control, a la unidad polivalente de inspectores y pasarla bajo dependencia directa de Silvana Giudici. Marcelo Antuña se enteró 15 minutos antes de la conferencia de prensa en la que se anunció la disolución de su área, sin embargo, pocas horas después, estaba vivito y coleando en su despacho y se dedicó a rescatar a la planta de gabinete de Campelmarcher: a Alejandro Ferrari que era su mano derecha en el control de los inspectores de calle y a Alejandra Gonzalez Tizon, asesora legal. El primero de enero del 2004, Alejandro Campelmarcher aparece contratado en la Dirección General de Deportes. Esa área así como la que dependía de Antuña, estaban ocupadas por funcionarios del mismo sector político del oficialismo porteño. Todo indica que es un sector que brinda alternativas a los suyos, aunque sean desplazados por mal desempeño de sus funciones y por indicios firmes de corrupción. Por decreto 2117 del 2003 usted designó a sugerencia de Giudice al Ing. Santinelli y al Sr. Adrián Rivero para cumplir con la tarea de coordinar la UPI. Se les asignaron 30 personas contratadas para realizar la tarea que antes desempeñaban 300 agentes.
Mientras tanto, Antuña que todavía mantenía el cargo de subsecretario de control comunal, pero no contaba con inspectores que dependiesen de él (ya que Santinelli y Rivero dependían de Giudici) les solicitó a ambos que le informaran con 15 días de anticipación los lugares que iban a inspeccionar, con el objetivo de articular con las Cámaras para una mejor gestión. Esta UPI, con Santinelli y Rivero, clausuró Tiro Loco perteneciente a la Cámara por severas irregularidades, entre las cuales se encontraba la presencia de gran cantidad de material combustible (quincho de paja) y falta de habilitación, pero 24 horas después el propio Antuña levantó personalmente la clausura. Así las cosas, a los 30 dias de haber asumido el Ing. Santinelli y actuar de acuerdo a la ley, y ya habiéndose ido al parlamento nacional Silvana Giudice, usted echó a Santinelli y casi inmediatamente fue desplazado también el Sr. Rivero y designó a Fabiana Fiszbin, del mismo grupo de Antuña, a cargo de toda la Sub Secretaria de Control, recuperando éstos el control operativo del área, y designó como única coordinadora de la UPI a Ana Fernández que continúa hoy allí. Marcelo Antuña dejó en su lugar a su propia gente, pero curiosamente, al ser designado en ese momento subsecretario de Justicia y Trabajo, se llevó consigo a un área de gestión del organigrama antojadiza e ilógica dentro de su nueva función de justicia: el área de contralor de espectáculos públicos. Esta área debía controlar entre otros a Cromañon, y en ella Antuña puso a cargo al inefable Juan Carlos Sanchez, que hace poco confesó por escrito que no acepta ser auditado mientras trabaja. El 2 de junio del 2004 se reincorporaron sigilosamente al área de control y verificación 35 agentes que usted mismo había pasado a disponibilidad por ser parte del focazo de corrupción que había denunciado seis meses antes ante la prensa. Esta vez no hubo prensa, hubo sigilo.
¿Cuando publicaron en el Boletín Oficial esta resolución del 2 de junio firmada por Juan Carlos Lopez? La publicaron cuando presuponían que durante las fiestas iba a pasar desapercibida, que nadie iba a leer las paginas del Boletín Oficial. Siete meses luego del 2 de junio, el mismo 30 de diciembre del 2004, día de la tragedia de Cromañon.
“Antuña y Fiszbin preferían la articulación con las cámaras, una especie de autorregulación del sector empresario. CEDEBA se funda en el año 2003, durante la gestión de Marcelo Antuña. En otras áreas el modus operandi fue similar, como el caso de las ya existentes Cámaras de Estaciones de Servicio y de Supermercados. Sólo voló por los aires la estación de servicios de Aráoz y Santa Fe, y no existen estadísticas confiables sobre intoxicados con productos alimentarios .
“El caso paradigmático es el de la estación de servicios Shell de Lima e Independencia, con expedientes de Gobierno de la Ciudad y clausurada durante la gestión de Silvana Giudici, que aún hoy continua abierta contaminando las napas acuíferas y filtrando el subterraneo. Tendrá algo que ver con que es la estación de mayor recaudación de la ciudad?
“Según pudimos averiguar con uno de los empresarios sin funciones directivas en la Cámara CEDEBA, la cuota social para cada empresario socio es de $ 2.000. Si no es un fondo de inversión ni una obra social no se entiende el monto de esa cuota. Todo indica que la Cámara da cobertura, protección frente a las inspecciones y orientación legal a sus miembros.
“El propio Secretario de la Cámara Osvaldo de Rizzo, el dueño de Amerika, opina en un matutino del 27 de junio pasado: “la política de la Ciudad es coherente. Si hay problemas, esta es una forma de eliminarlos. Todos los boliches deben estar en regla, y el que no cumpla tiene que hacerse responsable. En nuestra Cámara somos muy exigentes, y por eso, solo uno de nuestros 25 asociados, Coyote de Villa Devoto, fue clausurado. Y no por problemas de seguridad sino de sonido. Esto nos sirve también para que se limite la competencia desleal que sufrimos de parte de los pubs que abren pistas sin habilitación”.
“Si el que no cumple tiene que hacerse responsable como nos dice De Rizzo, ¿por qué la justicia en su momento fijó una multa de $ 2.000 a Antuña por cada ocasión en que constatara que el Local Amerika se hallara abierto luego de las 3 de la mañana? ¿Usted estaba enterado de esta situación judicial de Antuña? ¿Acaso Antuña no actuaba como correspondía porque estaba ganando tiempo hasta que fructificara la apelación judicial de Amerika? Si esto es así, ¿desde cuando los funcionarios públicos desacatan un fallo como parte de una estrategia empresarial?
“Fabiana Fiszbin, subsecretaria a cargo de toda las inspecciones de la Ciudad, era responsable directa de inspeccionar Cromañon. En la misma nota periodística en la que opina el empresario de Risso, ella reconoce que “los controles se intensificaron en los últimos tres meses porque la Unidad Polivalente de Inspecciones pasó de tener 30 inspectores a 120”, aunque no dice que dentro de esos 120 volvieron los agentes que habían puesto a disponibilidad anteriormente y agrega: “Si el local tiene su habilitación en regla lamentablemente no podemos hacer nada”. Es decir, ¿si después los empresarios modifican el interior del local o su uso permitido ustedes no pueden hacer nada? Luego Fiszbin agrega en el mismo artículo periodístico “buscamos trabajar con los dueños para evitar estos problemas, a ellos tampoco les conviene que ocurran”. ¿Qué es trabajar con los dueños?
“La subsecretaria de control comunal, se encontraba el día de la tragedia de vacaciones. Sin embargo, el viernes 7 de enero de 2005, nos desayunamos leyendo en el Boletín Oficial que la subsecretaria de Control, Fabiana Fiszbin, había pedido sus vacaciones entre el 7 de enero y el 14 de enero de 2005 inclusive.
Al final de su intervención, Peña pregunta a Ibarra:
“¿Por qué está encargando y publicando encuestas de imagen, en medio de la tragedia?

miércoles, 15 de septiembre de 2010

24. Cromañon. Más ilegalidad cristalizada

El local de República Cromañón es propiedad de Nueva Zarelux SA, comprado a Raúl Vengrover, quien inauguró El Reventón y al parecer también era propietario de la bailanta Latino 11, el hotel Leblón y el tugurio “Pecos’s”, con lo que el negocio del espectáculo se complementaba con la prostitución organizada de Plaza Once y otros rubros anexos.


A la izquierda del local incendiado se encuentra el alojamiento “Magique” y metros mas adelante, por Jean Jaures en el número 51, una playa de estacionamiento comunicada (¿legalmente?) con el hotel de pasajeros “Central Park 11”[i]. Algunas habitaciones de este último están situadas sobre el local de República Cromañón, y esto habría decidido a Chabán por guatas y poliuretano (en lugar de la lana de vidrio reglamentaria) bajo el techo, para reducir el ruido. “Central Park 11” posee un segundo estacionamiento cubierto por Bartolomé Mitre, donde la policía fue apilando los cadáveres de las víctimas. Sobre los techos de la edificación se perciben los alambrados protectores de varias canchas, aunque no se pudo constatar si eran para uso privado de los propietarios o se ofrecían a los pasajeros, como parte del negocio. 
Nueva Zarelux alquila sus instalaciones a Lagarto SA, aunque también existe Lagarto Disco SRL, constituida como “empresa de servicios relacionados con espectáculos teatrales, musicales y deportivos, agencias de contratación de actores; servicios de iluminación, escenografía; representación de actores, cantantes, deportistas, etc.”, integrada por Raúl Oscar Lorenzo, Eduardo Enrique Ripa y Daniel Marcelo Ripa. Según la Inspección Gral. de Justicia, en los locales involucrados aparecen las sociedades National Uranus Corporation con sede en las Islas Vírgenes, la uruguaya Financiera Rucas SA, la Compañía Argentina de Emprendimientos Comerciales SA (CAECSA) y Central Park SRL.
Nueva Zarelux fue creada el 4 de junio de 1997 como sociedad off shore con sede en Montevideo. Hoy figura en su directorio Rafael Levi, DNI 5119205, de 77 años de edad.
La propiedad fue adquirida el 18 octubre de 1994 por Juan Mario Lerner, apoderado de National Uranus Corp., con sede en las islas Vírgenes, por 2,2 millones de dólares. El 4 de febrero de 1998 lo vendió en 708 mil dólares a Ana Celia Rothfeld, apoderada de Nueva Zarelux SA, que pagó 620 mil dólares por la propiedad de Bartolomé Mitre 3038 y 88 mil dólares por el edificio lindero, sede del Central Park Hotel, un dato que para los investigadores prueba la existencia de lavado de dinero.
Las acciones de Nueva Zarelux fueron al portador hasta noviembre de 1997 y luego se convirtieron en nominativas, pero no quedaron a nombre de una persona sino de una nueva sociedad fantasma, Avral SA, cuyo domicilio concuerda con el del estudio notarial Cukier & Cukier donde se conformó la sociedad original en Uruguay. Avral no registra aportes en la Argentina y figura como clausurada.
El hotel contiguo, también propiedad de Nueva Zarelux, es regenteado por una quinta sociedad, Central Park Hotel SRL.
Otra línea de investigación parece relacionarlo con Jorge Telerman, que además de vicejefe de Gobierno de la ciudad es empresario del espectáculo, según el abogado Marcelo Parrilli.
Aunque no se pudo constatar la veracidad de la denuncia, Telerman sería dueño de GP Producciones SA, domiciliada en Lugones Nº 1735, donde en diciembre de 2004 habría sido visto Raúl Ernesto Villareal, mano derecha y custodio de Chabán. El abogado denunciante confía en que la justicia efectúe un cruce de llamadas entre Chabán, Villareal y Telerman para probar su proximidad.
Chabán no figura en ninguna de las sociedades, ni tampoco parece existir un contrato que lo identifique como gerenciador.


[i] A esta playa arriban los micros con contingentes que son alojados en el “Central Park 11” y a quienes se ofrece la alternativa de concurrir a República Cromañón con entrada incluída en el paquete turístico.

domingo, 12 de septiembre de 2010

23. Cromañón, la reingeniería social y los winners

¿El arte???


Muchos de estos jóvenes, los de la banda y el público, son las víctimas de la “reingeniería social” aplicada en la Argentina desde 1976 en adelante. Como los de los desaparecidos, algunos también son hijos, pero de una segunda generación de perdedores.
Villa Celina, el barrio de origen de Callejeros, forma parte  del partido de La Matanza, que con 3 millones de habitantes, tiene más que la mayor parte de las provincias argentinas.
Entre los jóvenes el desempleo duplica la media del país, llegando al 26% excluyendo a quienes cobran planes sociales. Cinco millones no tienen cobertura de obra social o prepaga.
Desde el 2001, se duplicó la cifra de jóvenes que no estudian ni trabajan.
Testigos relataron la existencia de una improvisada guardería en el baño de mujeres del local, a un peso por bebé sobre la mesada, y que luego se convertiría en trampa mortal. En el año 2000 nacieron en Argentina casi 100.000 bebés de madres de entre 15 y 19 años, el 30% en la provincia de Buenos Aires. Pero la opinión pública pareció reaccionar horrorizada cuando la prensa hizo público que muchas chicas habían llevado a sus bebés al recital. El cantante Fontanet salvó a uno de ellos. La psicoanalista Silvia Bleichmar opinó: “Es una acusación teñida de prejuicio, ya que nadie inculparía a una madre que habiendo dejado a su niño en la guardería del shopping para ir a hacer compras, o ver una película, lo perdiera en un incendio, ni a aquella cuyo niño muriera en la colonia de vacaciones de un club que no tomó los resguardos suficientes”, escribió.
También en el 2000 murieron en la provincia 2.608 jóvenes por accidentes, suicidios y homicidios. En La Matanza, la pobreza (incluida la indigencia) alcanza al 76,9% de la población, similares al del NO y NE de la Argentina.
En 1994, el 53% de la población del GBA carecía del servicio de agua potable y cloacas. Ese año se privatizó Obras Sanitarias y la concesionaria se comprometió a abastecer al 100% de la población en 10 años. No fue así: hoy en día, el 58% de los habitantes del GBA no tienen agua corriente.
Según cifras confiables de la CTA basadas en estudios del Indec y Siempro, en la provincia de Buenos Aires hay casi 2 millones de jóvenes de entre 19 y 24 años que viven en la pobreza, y otros 620.000 en la indigencia. Más de 461.000 no estudian ni trabajan: de ellos, 92.000 tienen entre 15 y 18 años, y 368.000 entre 19 y 24 años. 
La ciudad de Buenos Aires, con su falsa opulencia a cuestas, no se queda atrás; 56.000 chicos de 16 a 24 años no estudian ni trabajan. De ellos, 48.700 ya cumplieron 19 años.
A la vez, más de 1.200.000 jóvenes de hasta 29 años son jefes o jefas de hogar. Si en 1983 los más ricos de la pirámide ganaban 13 veces más que los más pobres, en el 2003 la diferencia era de 50 veces.
Las últimas cifras del Indec calculan una pobreza del 55% de la población del país (41% de pobres mas 15% de indigentes) en una tendencia que decrece tan lentamente desde 2003 que puede considerarse como un problema estructural para los próximos decenios, y con un daño irrecuperable para sucesivas generaciones.
Gran parte del público de Callejeros y sus propios integrantes se encuentran dentro de estas cifras escalofriantes, pero la oferta cultural tiene la extraña cualidad de extenderse horizontalmente.
Estos chicos son las víctimas de unas políticas conservadoras que se aplicaron en el país desde 1976, y sobre todo a partir del triunfo del menemismo.
La educación es un factor crítico. La instrucción pública en la provincia de Buenos Aires explotó desde que la Ley Federal de Educación la desarticuló con el argumento engañoso de la modernidad. ¿Si la Argentina solo produciría comodities, para qué seguir desarrollando escuelas industriales, por ejemplo? En la provincia de Buenos Aires, “polimodal” y flexibilización laboral son una misma cosa.
Desde entonces, más y más chicos concurren a escuelas primarias y a veces secundarias, convertidas en guarderías o comedores, con un nivel educativo y una inversión decrecientes (¡hay que mantener el equilibrio fiscal!), mientras la “excelencia” se arrincona en las clases pudientes y las universidades aranceladas. 
Para el ministro de Educación Daniel Filmus, “cambió el sentido de la movilidad social. Estamos ante la primera generación de jóvenes que están peor que sus padres, y eso generaliza una suerte de pesimismo social. La compra de libros de texto bajó de 12 a dos millones entre 1980 y 2002, principalmente porque se abandonaron hábitos típicos de los sectores medios como la lectura", reflexionó.
Aunque un sector importante del país percibe que esta situación pareciera tender a cambiar, lo cierto es que la distribución del ingreso se mantiene casi inalterable, como si el “derrame” continuara.

Winner

Son pocos los que lo defienden hoy en día. En una entrevista a la televisión a fines de marzo de 2005, un Charly García alcoholizado y vacilante, exclamó: “¡Free Chabán, loco!”. El ex actor y legislador Héctor Bidonde lo definió redondamente como “un hijo de puta” en la sesión donde los opositores quisieron cargarse a Aníbal Ibarra frente a las cámaras.
De familia musulmana acomodada, Emir Omar Chabán se hizo fanático de la cultura germánica por proximidad: se educó en Villa Ballester, una localidad de clase media alta donde prospera una de las colonias alemanas más numerosas y ricas del país.
Típico representante de “la movida” de los 80 que, sazonada en la brutalidad sin atenuantes de la dictadura, se lanzó a la trasgresión ilimitada, Chabán se inició en el negocio del espectáculo con el café Einstein, en 1985 inauguró Cemento, en Estados Unidos al 1200 (del que dijo que tenía “una onda zen”), y en los 90 Die Schule, en Congreso.
En abril de 2004, con la participación de Callejeros, abriría República Cromañón en Plaza Once, pero el país ya no era el mismo y ellos tampoco. Esa noche, mientras lo fotografiaban, dijo a los medios allí presentes: "Lo único que me gusta es cagar guita. Me calienta más que una mina. Entro en un orgasmo absoluto". 
Chabán pasaba por ser intelectual, empresario y actor.
Él mismo se definió así: "Mi primer nombre es Emir, y un Emir es una especie de príncipe. A mí me gusta creerme que soy importante. Por eso no caigo bien: soy un poco fanfa, snob, idiota, superficial y genio".
Mientras el poder tradicional se refugiaba en Punta del Este e Hipopótamus, los nuevos poderosos elegían las playas de Pinamar, los boliches Pachá, Cemento y los emprendimientos de la pareja Fassi Lavalle. Fueron los iconos de la década del 90, donde se certificaba que política, ostentación y espectáculo eran una misma cosa, aderezada por la irrupción de nuevas generaciones desmemoriadas o recicladas.
Políticos y empresarios mostraban sus vidas privadas con modelos, vedettes y prostitutas de alto cachet, se tejían alianzas y negocios y la cocaína circulaba libremente acompañando el obligado champán de la época. El polifuncionario José Luis Manzano, que según confesó “robaba para la corona”, fue uno de sus habitués. Todos eran menemistas y rockeros: la privatización generalizada de la Argentina era imparable, tal como lo certificaban las encuestas, las elecciones y “la vida loca” en la Casa Rosada. Las empresas que se habían alzado con el patrimonio común de los argentinos solían despedir el año en Cemento y “Gente”, propiedad de los Vigil y dirigida por Chiche Gelblung, fotografiaba el descontrol, convirtiéndolo en una instantánea de la Argentina feliz.
Yamil, hermano de Omar Chabán, aclimatado a los nuevos aires de la época, comenzó a recorrer el camino de la política como concejal menemista de la primera hora en el Partido de San Martín. El 2001 le truncó un ascenso tan promisorio, pero siguió asociado con Emir en el negocio del espectáculo.  
A los vecinos les costó muchísimo encontrar un juez que atendiera sus quejas por los ruidos y molestias que provocaba Cemento, porque ese público era la principal malla de protección de Chabán.
Cuando al fin lo encontraron, el local fue clausurado a pesar de Federico Pinedo y Guillermo Francos, por aquel entonces jefes de inspectores municipales, que dejaban hacer.
Chabán compartió cartel con el doctor Albino Estefanolo en Luca Vive, una película dirigida por Jorge Coscia que recorre la vida del rockero Luca Prodan. Abogado mediático que participó en la causa Cóppola, Estefanolo defiende actualmente al patovica retirado Raúl Villarreal: “Necesito un relaciones públicas fuerte”, dice Villarreal que le dijo Chabán.
Es filósofo en sus ratos libres: “Hay una cuestión perversa y cíclica del sistema y es que, cada tanto, tienen que reventar muchos jóvenes. Por eso existen las guerras, por eso existió la dictadura. Es como una variante de impotencia sexual ligada a la decrepitud de los que tienen el poder, según la cual aquellos que tienen una vida sexual liberada y plena tienen que pagar"[i].
En consonancia, y continuando la línea de proximidad con los alemanes de Villa Ballester, se casó con una actriz de origen suizo-germano educada en las mejores escuelas de Ginebra y proveniente de una familia poderosa con domicilio en la calle Melián, en el aristocrático Belgrano R., que había sustentado las peores dictaduras de la Argentina, precisamente las que asesinaron jovenes y que, como se mencionó arriba, tenía una visión parecida sobre el sexo y el poder.
Para los Alemann, ese matrimonio era otra de las muchas excentricidades de Katja, la media hermana. Para Chabán, que hacía de una fingida locura el eje de su propio marketing, fue el espaldarazo.


[i] Entrevista no publicada para el Suplemento Sí de Clarín, diciembre 2003.

© 2005, Jorge Luis Devincenzi.

22. Cromañon. "Un único código: no queremos que nos caguen"

Fontanet: "Nosotros no le hacemos asco a nada"









“La banda se maneja con un único código: no queremos que nos caguen. Nosotros no cagamos ni bardeamos a nadie, entonces no nos gusta que nos caguen a nosotros”. Con este estatuto elemental, propio del mundo natural, Callejeros se abre camino a codazos en el mundo del espectáculo.
El baterista Eduardo Vázquez interpreta el bardo a su manera: con la cara tapada con una bufanda, fue reconocido por una ex empleada de Chabán, Ana Sandoval, cuando se disponía a cobrar un subsidio como víctima de Cromañón.
Sin territorios compartidos, careciendo incluso del espacio que representaba la música antes que fuera capturado por las grandes corporaciones que controlan las formas masivas de reconocimiento, las identidades de los jóvenes están fuertemente fragmentadas y comparten el desinterés por integrarse a un mundo excluyente, opinó Rossana Reguillo, investigadora de la Universidad de Guadalajara, en la presentación de su libro "Estrategias del desencanto", de editorial Norma.
“El rock, que en algún momento funcionó como un importante espacio de encuentro de identidades juveniles, tiene hoy tantos compartimentos que hace que la música, más que como cohesionadora de identidades juveniles, funcione como diferenciador cultural. Y ahí aparecen los problemas, porque casi todos los jóvenes padecen las mismas crisis pero no hay posibilidad de que traben entre ellos alternativas comunes de respuesta”, dice.
La globalización promueve una fragmentación feroz que repercute sobre los universos juveniles, reduciendo las posibilidades de empleo y educación, por un lado, y sometiéndolos a un mercado que “regula” las identidades haciendo explotar las ofertas de identidad.
La música es el gran elemento cohesionador de las diferentes “tribus” o “guetos juveniles”. O lo era.
Esos jóvenes, según Reguillo, “buscan un relato que no les fue transmitido, necesitan saber cuál es su origen para consolidar una identidad amenazada por la globalización”, y los clasifica sintéticamente en tres grandes grupos:
a) el rave, tecno o electrónico, integrado por jóvenes de clase media y alta con escolaridad secundaria y universitaria, que en Buenos Aires se aglutinan en los festivales Creamfield de Punta Carrasco y otros lugares, donde se consume agua, éxtasis u otras drogras de diseño y pulsos telefónicos[i];
b) una especie de neohippismo que postula una vuelta a los orígenes, con eje musical en el reggae;
c) los neopunks, politizados y más anclados en los sectores populares.
Todos ellos, dice Reguillo, “son grupos cerrados, culturalmente incomunicados, lo que refuerza la estructura de gueto”.
La incomunicación se manifiesta, por ejemplo, en la ausencia de un lenguaje común, el uso de una neolengua que identifica, crea solidaridad interna y aísla, y una simplificación exagerada de la palabra, agudizada por la influencia de la cultura visual y la crisis del sistema educativo.
La clasificación de Reguillo no alcanza para entender el fenómeno de Callejeros y otros grupos similares.
Su politización es elemental. "No empezar a dejar de pensar, que a las masas pensando no las vencerán jamás", dicen en "El nudo", uno de sus éxitos. Pero el siguiente hit (“Una nueva noche fría”) promocionado en las FM planteó un marco de angustia individual: “Solo, como un pájaro que vuela en la noche / Vacío, como el sueño de una gorra / Lleno de nada, sin saber donde ir”, lo que les valió que algunos de sus seguidores acusaran de “conchetos” a los que lo pedían en los recitales.
En las sucesivas entrevistas que el grupo brindó como promoción, se ve así mismos, acaso con alguna exageración, como “herederos” de los Redonditos de Ricota, cuya desaparición habría dejado un vacío, pero a la vez, pragmáticos, no desestiman la posibilidad de incluir “reggae, ranchera, música mexicana”.
Relatando el origen de uno de sus temas, Fontanet habla sin proponérselo de violencia social y despolitización: “entonces te preguntas si es justo que este tipo viva... no tiene ninguna función en la vida, vive al pedo, y encima mató”, lo que evoca una confusión entre la propia realidad (exclusión, victimización, falta de oportunidades, etc.) y las propuestas de reprimir la protesta social provenientes de los sectores sociales ganadores, al estilo Blumberg.
Frente a la acusación de que Los Piojos serían últimamente “caretas”, y que el encasillamiento es perjudicial, Fontanet lo niega: “de gancho nos viene al pelo, nosotros no le hacemos asco a nada”.
Y más adelante: “somos independientes, pero no levantamos esa bandera. Terminamos así porque no tuvimos buenas ofertas. Es una casualidad que los dos o tres contratos que nos ofrecieron no estuvieron buenos. Somos de seguir nuestros objetivos, si nos pagarían (sic) más dejaríamos nuestros trabajos”, refiriéndose a las grabadoras.
Están afuera, pero quieren estar adentro: luego del incendio, sus CD y remeras aumentaron las ventas en un 300%, según los responsables de Musimundo, Yenni y FM Hit.
Transitan así el filo de la navaja entre estar adentro o afuera, ser ganadores o perdedores, que en el caso de la música popular y el deporte se definen por el prestigio social y el poder económico alcanzados, de los que deriva una forma particular de autovaloración visible en las letras.
La función de identificación no es espacial, no está anclada en la zona de origen. Fontanet se confiesa ofendido: “el barrio siempre nos dio la espalda, éramos los loquitos que tocábamos y que decían que hacíamos ruido, y bueno, ahí estamos, ahora hacen banderas”.
Para el psicoanalista Sergio Rodríguez, director de la página web “Fallidos Verbales”, las letras de Callejeros expresan un pesimismo radicalizado: “muchas de sus letras me produjeron escalofríos”, confesó en un reportaje radial[ii].
Según declaró Fontanet en varias entrevistas, el cachet variaba entre 40 y 90 mil pesos por recital. Aceptando que existan importantes gastos organizativos, el rock es un negocio fácil y rápido.
Seis meses después del incendio, un docente, padre de uno de los muertos, hizo conocer una carta abierta a Callejeros:
“No se puede jugar a ser una banda de barrio cuando se moviliza a miles de personas. No se puede hacer como si actuaran a beneficio cuando están facturando con las entradas y con la venta de discos. No se puede mandar mensajes esquizofrénicos a los seguidores con las bengalas o la pirotecnia, alentándolas a veces como la frutilla de la torta y luego decirles que no se puede respirar. Decirles que cuando tengamos la seguridad a cargo nuestro, vamos a dejar pasar todo y al otro día preguntarles ¿se van a portar bien? No se puede hacer un recital en un estadio abierto con 13.000 personas, con despliegue pirotécnico (y con multas de la Municipalidad) y pocos días después meterse en una ratonera para devolver favores. No se puede contratar seguridad y no hacerse cargo de sus fisuras. No se puede decir déjense de joder con las bengalas y mientras sigue el show como si  nada”[iii].
En un foro de internet se leen distintas opiniones: de Gaby, de Beccar: “callejeros putos! ahora contrataron al mismo abogado que defendio a yabran. che,que rocanroleros! haganse cargo de las muertes,amontonaron 6000 pibes como chanchos ,y metieron bengalas (todos sabemos)”. De El Toto 79 de Boedo: “Sabemos bién que todos tenemos un poco de culpa, yo también, por no haber escuchado el prólogo de Presión, por haber prendido alguna bengala, 3 tiros, bombas de estruendo y cosas así...”. De Drogy: “espero que la gente aprenda a no prender vengalas y esas cosas, se pueden prender petardos si me entendes el petardo de jamaica, el mejor no contagia no te enferma y les sirve a los enfermos de sida y cancer para no sufrir”.

El aguante

Los pibes hablan de “aguante” para tan diversas ocasiones que el término parecer haber perdido un sentido preciso. Proviene del fútbol y la cárcel: aguantar al equipo es agitar, vitorearlo, para lograr el triunfo o levantar el ánimo en las malas. También “aguantan” los presos, y en general, todos los victimizados que están sujetos, sin posibilidad de escape, a una fuerza irresistible e injusta. Aguantar es sobrellevar: se construyen códigos, lenguaje y conductas que constituyen eso que se llamará “cultura del aguante”.
Como otros términos (“boludo”, o “careta”) es típico de esa multitudinaria Argentina de los sectores bajos y mediobajos donde la exclusión es un hecho o un peligro diario.
Los temas de Callejeros la expresan. Son populares en cuanto a masivas, pero se despreocupan totalmente por la cuestión estética y resulta imposible evaluarlas desde un canon.
En este sentido, como la cumbia villera y otros géneros, expresan la decadencia de lo popular y no han construido códigos de identificación cultural relacionados con relatos mas abarcativos. Buscan su espacio, a la deriva, en medio de la influencia industrial de la cultura norteamericana.
En ellas, la música debe sonar “como” (Charly, Los Rolling...) de acuerdo a ese aspecto retrospectivo y nostálgico que es una de las patas de la industria cultural globalizada, y funcionan cristalizando el tiempo histórico en un eterno presente. La preocupación es si suena tan bien como los Rolling Stones, o se parece a los Redondos.
El público suele buscar un efecto probado y conocido.
Son cientos, miles o millones en todo el mundo, porque el efecto es mundial. Los chicos aprenden lo más básico de la música, sus acordes más elementales, para intentar “copiar” lo que consideran un estilo, un modo de ejecutar el instrumento. La tecnología digital logra enmascarar defectos o analfabetismo musical y literario, y crea una sonoridad, un esfuerzo creativo y un despliegue falsificados. El objetivo es “tocar como...”.
Al carecer de las herramientas propias del arte, las letras pueden sufrir del descuartizamiento sintáctico necesario para meterlas “a presión” en el ritmo, sin que eso importe demasiado.
Tienen cierto contacto con el “gueto neopunk” que mencionaba la mexicana Rossana Reguillo, aunque no hay una politización en el sentido de cambio sino de desencanto, y con frecuencia, autoritario.
Se trata de los sectores populares adormecidos por décadas de despolitización (compulsiva o por cooptación) cuya conciencia se limita a marcar los efectos más visibles de la caída: la policía brava, la droga, la violencia social. Pero a diferencia de otras catástrofes sociales, como las que retrataran Cátulo Castillo, Homero Manzi y Armando Discépolo, son muy escasas las metáforas poéticas. Todo es en crudo, a la intemperie y con una representación devaluada (melancólica) de su propia imagen: Callejeros, sus banderas y muchos de sus fans, visten de negro. De luto, como actitud y pose a la vez, porque hay un merchandising de por medio, y no puede decirse con certeza que exista una postura ideológica nihilista. Esa imagen trae al recuerdo el asesinato de tres chicos en una escuela de Carmen de Patagones por parte de un cuarto, defendido públicamente por seguidores identificados como punk que citan al nihilismo, y se identifican con Nietszche y Marilyn Manson, todo en la misma bolsa. La horizontalización del pensamiento es uno de los signos distintivos del pensamiento único.
Abundan términos como “atroz”, “muerte”, “nada”, “sin sentido”, “perdición”, “frío”. “A consumirme, a incendiarme”, del tema “Distinto” fue una de las frases finales de Callejeros antes del incendio. Y un tópico omnipresente: la droga, exorcismo o aliento al consumo, no se sabe.
Los empresarios del rock saben que la música, los temas, el grupo y el público, todos juntos son el espectáculo, y como eso significa público, entradas y ganancias, lo alientan: “después empieza a aparecer todo lo demás. Bengalas, banderas y seguir a la banda como si fuera un equipo de fútbol”,dice Fontanet. En declaraciones a un canal de televisión, Martín Bizzio, que se presentaba como manager, declaró: "es la banda que más bengalas mueve del rock argentino. Es la banda más pirotécnica de todas", coincidiendo con Argañaraz.
En un anuncio insertado en la revista Llegás a Buenos Aires, financiada por el gobierno de la Ciudad, se lee: “Callejeros, el grupo de Villa Adelina, cierra el año de su consagración con festival de bengalas en República Cromagnon”.
Desde la década del 90, las bengalas y los petardos comenzaron a formar parte del espectáculo del rock, y si el aguante no existía, entonces no era rock, era careta.
Callejeros fue a la vez víctima y victimario de esa irracionalidad.
Una desobediencia cultural acotada por las leyes de mercado. El aguante definido, limitado, convertido en idea de consumo por Charly García: “Este es el aguante, decímelo a  mí...”
No importan cuestionar los flujos culturales como herramientas de dominación: el objetivo de Callejeros era integrarse a la sociedad de los ganadores.
Entrevista a Raúl Villarreal 26 de enero 2005: “¿qué pasó con la recaudación de esa noche? Se la llevaron ellos; nosotros no vimos un peso. Se llevaron la plata de los tres shows que habían hecho en Cromañón, unos 90.000 pesos[iv]”.


[i] En enero de 2006 el ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires propuso prohibir estos festivales, considerando que el consumo masivo de metanfetaminas está probado en esas fiestas.
[ii] “El Tren”, AM 740 Radio Cooperativa.
[iii] Carta del profesor Rodolfo Rozengardt, Director del Instituto de Educación Física de Gral. Pico, La Pampa, DNI 12.753.311, cuyo hijo Julián murió en Comañón.
[iv] Fontanet reconoció que, por su vieja relación con Chabán, pactaban con él un ingreso menor, manteniendo los porcentajes.